Por paradójico que parezca, es un raro sino único caso de “sopa sólida” (la palabra “sopa” implica siempre la presencia de un elemento líquido, generalmente en forma de caldo de cocción) y hace parte fundamental de la más tradicional gastronomía paraguaya.
La sopa paraguaya “es producto del sincretismo guaraní y español. Los guaraníes acostumbraban a consumir comidas pastosas elaboradas con harina de maíz o de mandiocaenvueltas en hojas de güembé o banana y cocinadas entre ceniza caliente. Los españoles… introdujeron el uso del queso, los huevos y la leche, aditivos que fueron agregados a los platos preparados por los guaraníes…” Se trata pues de un bizcocho esponjoso salado y es, como toda buena muestra de la cocina paraguaya, muy rica en contenido calórico y proteico.
La “sopa paraguaya” es infaltable en los “asados” (reuniones sociales en las que se consume carne de diversos cortes puestos a la parrilla o al asador, con fuego de carbón o leña), en los días de Semana Santa, principalmente los viernes santos, y en los casamientos, tanto que hay una recurrente pregunta que siempre se formula a los novios que llevan muchos años en pareja: “¿Cuándo comemos la sopa?
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