Juan

¿Quién soy yo?
  • Nací en Asunción (Paraguay). Mis padres, Juan Asterio y Olga Mercedes, son originales de La Colmena "la capital de la fruta" (aunque nació en Acahay), y de Eusebio Ayala "la ciudad de la chipá barrero"respectivamente. Mi infancia transcurre entre los corredores de la Iglesia Parroquial de San Roque (Barrero Grande), el Colegio Nacional donde trabajaba como maestra y secretaria mi madre, el arroyo Piribebuy a donde escapaba durante las cálidas siestas, la casa de mis abuelos a pocos pasos y las cercanías del Sportivo Barrereño por influencias del Tio Concepción Centurión ("oguapypá", su frase célebre, siempre acompañada de una gran sonrisa y una nobleza de corazón inconfundible). 
  • Siendo aún pequeño, y habiendo llegado a nuestras vidas Edgar Raúl -mi primer hermano-, mis padres y yo nos embarcamos con las tres cosas que teníamos en un camión de mudanzas (tamaño 1113 de Mercedes Benz) y nos dirigimos a nuestro nuevo hogar en la capital. Con 5 años y muchas lágrimas en los ojos dejé atrás "mi casa alquilada, mis abuelos, mis tíos y mis amigos". Me trasladé con mi familia a nuestra casa propia a Campo Grande de Asunción. Actualmente, Barrio San Jorge.
  • Modelo 1113 de Mercedes Benz
  • Estudié en la Escuela Graduada Nº162 "Vicente Ignacio Iturbe" (al principio en el turno de la tarde e inmediatamente fui al turno de la mañana). Se sus aulas recuerdo con cariño a las profesoras: Irene (1º), María Silvia (2º), Marisol (3º), Elsa (4º), Irene (5º) y Gladys (6º). 
  • Siendo 1992, mis padres luego de una larga espera, un madrugón en el Estadio Poliderportivo del CNC y habiendo establecido interminables conversaciones con otros padres durante la espera, lograron entregar mis documentos para la lista de jóvenes postulantes al "alma máter de la cultura paraguaya". A lo largo de su historia, asistieron a este colegio personajes ilustres de la cultura paraguaya, políticos destacados y empresarios exitosos.
  • Insignia del Colegio Nacional de la Capital
    Así, luego de un largo proceso de selección, ingresé al Colegio Nacional de la Capital "General Bernardino Caballero". Esta privilegiada oportunidad me permitió recibir clases de los mejores profesionales docentes de la época. No existían asignaturas fáciles ni maestros blandos, sino que mucho estudio, maestros muy exigentes y una disciplina que distinguía al CNC de otras instituciones educativas. Estar y permanecer en el CNC era una marca de calidad y tradición.
  • Recuerdo que la asignatura que más me costaba, "por flojo", era educación física. Si bien es cierto, lograba exonerar --con las evaluaciones a lo largo del periodo lectivo-- la gran mayoría de los exámenes finales con la obtención de promedio mínimo de 4 (Escala 1-5). Sin embargo, la practica deportiva y la educación física siempre han sido cuestiones pendientes y bastante dolorosas en mi agenda personal. Eran típicos los "descuereos" en turno opuesto, pero eso no era razón suficiente para rebajar las ganas de ir "a dedo" al CNN (Colegio Nacional de Niñas "Asunción Escalada") para conversar y/o acompañar  "hasta la parada" a alguna "recién conocida" o "amiga".
  • De la época de estudiante, recuerdo con gran aprecio a Néstor Salinas Duarte, Benigno Estigarribia, Pedro y Oscar Román Renna, Edgar Ahrens, Fernando García, Juan Carlos López, César Aquino Rodas, Bignardello, Miguelo Villalba, Jorge Prieto, Carlitos Insfrán, Medina (Futbolista), Alberto Arrúa
  • Entre los grandes personajes que se encargaban de impartirnos formación académica y guías para la vida en el CNC, recuerdo por ejemplo a: Rosa Loncharich (Química), Juan Carlos Rodríguez (Literatura), Zulma (Castellano), Melgarejo (Castellano), Amelia (Química), Julio César Villamayor ("Chivo", Física), Zunilce (Ciencias Naturales), Librado Sánchez (E. Sociales), Estela Berino (Matemáticas), Chochán (Estudios Sociales), Nancy (Guaraní), López (Electricidad), Tribilín (Metales). 
  • Cómo olvidar a los celadores, grandes trabajadores y con una paciencia enorme: Zelaya "Batón", Magnun. La ficha de asistencia que siempre se perdía, las entradas después de hora por la muralla de los talleres, las mochilas colgadas del ventilador o en los balcones.
  • Seguirá...

Juan Carlos Rojas Chamorro